Quizá estés pensando en vender una vivienda y te encuentres con una duda muy habitual: ¿cuánto cuesta? Llegados a esta pregunta suelen aparecer dos conceptos importantes: el precio de venta y el valor de tasación de la vivienda. Desde Forcadell te explicamos qué implican y en qué se diferencian.
El precio de venta de una vivienda es fijado libremente por el propietario y es aquel por el que ofrece el inmueble al mercado y por el que un comprador estaría dispuesto a pagar. Este valor puede variar según factores como la ubicación, la oferta y la demanda, las condiciones del mercado, el estado de la propiedad y las negociaciones entre el comprador y el vendedor.
Por su parte, el valor de tasación es el valor estimado de una propiedad determinado por un tasador profesional que pertenezca a una empresa tasadora homologada, en este caso por el Banco de España. Para obtener este valor, este experto realiza una evaluación detallada de la propiedad, teniendo en cuenta factores como la ubicación, el tamaño, la calidad de la construcción, las características específicas de la vivienda, las condiciones del mercado y las ventas comparables en la zona.
El valor de tasación se utiliza principalmente para determinar la cantidad máxima que una entidad financiera estaría dispuesta a financiar en una hipoteca para esa propiedad. Es importante tener en cuenta que el valor de tasación puede ser diferente al valor de venta, ya que el tasador utiliza métodos objetivos y criterios específicos para determinarlo, mientras que el valor de venta puede estar influenciado por factores subjetivos y negociaciones entre el comprador y el vendedor.
El precio de venta de una vivienda no tiene por qué coincidir con su valor de tasación, aunque han de ser similares para evitar situaciones como las siguientes:
- Dificultades en la financiación: surgirían si el valor de tasación es significativamente menor que el valor de venta.
- Complicaciones en el proceso de compra-venta: la discrepancia entre ambos valores puede llevar a negociaciones entre el comprador y el vendedor. En el marco de estas, si ni el vendedor está dispuesto a reducir el precio de venta para igualar el valor de tasación y asegurar la venta, ni el comprador a aumentar su oferta si realmente valora la propiedad, la transacción quedaría anulada.
Para evitar estas complicaciones, lo más recomendable es siempre acudir a un profesional (API) que asesore a la propiedad al asignar un valor de venta. Un API ofrece a los propietarios la garantía de una valoración profesional y objetiva, así como el acceso a asesoramiento experto y representación durante todo el proceso de venta. Esto puede ayudar a maximizar el valor de venta de la propiedad y a facilitar una transacción exitosa.
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