04/11/20

Los espacios de trabajo flexibles, un nuevo concepto de oficina

La digitalización y la disrupción tecnológica llegaron para quedarse, posibilitando la optimización de servicios y procesos en la mayoría de sectores, acortando los tiempos de producción, generando nuevos modelos de negocio y, por consiguiente, dando lugar a nuevos perfiles profesionales. Todo esto está ligado ahora a un contexto donde la movilidad, la flexibilidad horaria y la no-presencialidad laboral son la nueva realidad creciente en la mayor parte del tejido empresarial. Si bien es cierto que la evolución natural del mercado laboral tenía que seguir este camino, la Covid-19 ha acabado de dar un último empujón y ha consolidado el teletrabajo promoviendo también nuevos modelos de espacios de trabajo flexible como lo es el coworking.

El concepto tradicional de oficina ha evolucionado, en lugar de simplemente ‘cambiado’, incorporando mejoras y nuevas maneras de llevar a cabo el trabajo de despacho. Por otro lado, la clave de la productividad la ha puesto de relieve la digitalización, constatando la importancia de que las empresas se adapten a las necesidades laborales de hoy en día en un espacio funcional, cómodo y agradable, facilitando la conciliación familiar velando por el bienestar de las personas.

Las oficinas flexibles necesitan de la tecnología para hacer posible esta conectividad casi del 100% cualquier día a cualquier hora y, en línea con esto, los lugares específicos de cada empleado dejan de tener sentido dando paso a lugares que pueden ser utilizados si conviene por diferentes personas. Por lo tanto, el espacio flexible va ligado a un nuevo concepto de empleado que no tiene un lugar fijo, sino móvil e incluso remoto puesto que no importa donde esté sino que esté conectado digitalmente.

Los coworkings y los nuevos modelos de negocio que lideran las startups son el ejemplo más claro y han propiciado este cambio de concepto de oficina del siglo XXI. Los espacios abiertos, un tipo de mobiliario más funcional y minimalista, elementos ergonómicos, modulares y espacios comunes tanto para generar ideas, por desconectar o comer están llegando también a las oficinas tradicionales generando feedbacks muy satisfactorios tanto por parte de los trabajadores como por parte de las empresas puesto que los pros son más que los contras.

El cambio físico del espacio ha evolucionado apostando por la aplicación de ideas funcionales –y en algunos casos también de diseño- para dar lugar a soluciones que además de útiles, resultan armónicas y bellas. La apuesta por un mobiliario más minimalista impersonaliza el espacio transformándolo en el espacio de todos mientras que la unificación de colores, donde predominan los blancos, grises e incluso azules o verdes claros acaban de redondear el objetivo de bienestar y fomento de la productividad de los espacios de trabajo flexible del siglo XXI.

Si bien es cierto que los coworkings y el concepto de espacio flexible de oficina predominan en las grandes ciudades como Barcelona o Madrid por su naturaleza como núcleos empresariales, tecnológicos y de desarrollo del conocimiento, este modelo de espacio cada vez se está extendiendo más por todas partes tal como muestra la proliferación de edificios de oficinas y oficinas convencionales que ofrecen puestos de trabajo compartido o coworkings.

En caso de querer conocer más en detalle las características y oferta actual de oficinas y coworkings, los expertos en este sector de myflexes lo asesorarán de manera personalizada, adaptándose a sus necesidades.

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