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En una comunidad de propietarios hay elementos que todos los vecinos usan a diario y a los que no se les da suficiente importancia hasta que empiezan a aparecer problemas. Las escaleras del edificio son un claro ejemplo, ya que se trata de un espacio de tránsito constante que refleja, de algún modo, la imagen del conjunto.
Pero más allá de lo estético, mantener limpias las escaleras de una comunidad es una cuestión de convivencia, salubridad y conservación del inmueble.
Las escaleras son, junto con el vestíbulo y el ascensor, una de las primeras cosas que ven los vecinos y visitantes. Unas escaleras limpias transmiten orden y cuidado y son garantía de buena convivencia y confort, ya que si no se mantienen correctamente pueden generan incomodidad, malestar y, en algunos casos, quejas entre vecinos.
Ante esta probabilidad, establecer un servicio de limpieza periódico y profesional es una inversión en la comodidad y tranquilidad de los residentes de una comunidad de propietarios y en la buena gestión de la finca.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que si se acumulan restos de barro o agua en los peldaños no solo rompen la imagen del entorno, sino que también pueden ser causa de caídas o resbalones indeseados. Es por ello, que lo más prudente es asegurarse de eliminarlos.
Además, elementos como las barandillas, los interruptores y los pasamanos son puntos de contacto que pueden acumular gérmenes y bacterias, haciendo que una correcta desinfección cobre aún más importancia.
Asegurar que todo el espacio queda limpio y desinfectado adecuadamente pasa por contar con profesionales que establezcan la frecuencia adecuada a lo que necesita el edificio, así como un buen seguimiento y control de calidad de cada servicio prestado.
Asimismo, que la comunidad de vecinos disponga de este servicio favorece el mantenimiento del espacio, ya que conocen el producto adecuado para cada tipo de suelo o superficie e, incluso, muchos de los productos de limpieza que usan son ecológicos y no contienen sustancias tóxicas como cloros o fosfatos.
Además, las empresas especializadas como Limpex, con amplia experiencia en limpieza de comunidades, ofrecen servicios adaptados a cada tipo de edificio, ya sea pequeño, mediano o con múltiples escaleras y zonas comunes.
Además de la limpieza regular, también pueden encargarse de peticiones puntuales tras obras, mantenimiento de garajes o servicios auxiliares que facilitan la gestión del día a día en la finca.
En definitiva, una comunidad que apuesta por una limpieza profesional de sus espacios comunes gana en conservación del edificio, valor y atractivo del inmueble, además de favorecer una mejor convivencia vecinal y entornos más saludables, seguros y agradables para vivir.
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